Documenta Catholica Omnia
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam
Index Verborum: asuero
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos a un Religioso para Alcanzar la Perfecion |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos copiados por Magdalena del Espiritu Santo |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos por la Madre Maria de Jesus |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos procedentes de Antequera |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Avisos recogidos por la edicion de Gerona |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Cantico Espiritual A |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Cantico espiritual B |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Cantico espiritual CA |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Cautelas |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Dichos de luz y amor |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Epistolario |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Grados de Perfecciòn |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) La Subida del Monte Carmelo |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Llama de Amor Viva A |
|
§ 1.1.8 | Mas ¿cómo se puede decir que la hiere, pues en el alma no hay cosa ya por herir, estando ya el alma toda cauterizada con fuego de amor? Es cosa maravillosa que, como el amor nunca está ocioso, sino un continuo movimiento como la llama, está echando siempre llamaradas acá y allá; y el amor, cuyo oficio es herir para enamorar y deleitar, como en la tal alma está en viva llama, estale arrojando sus heridas como llamaradas ternísimas de delicado amor, ejercitando jocunda y festivalmente las artes y juegos del amor, como en el palacio de sus bodas, como Asuero con la esposa Ester (Est. 2, 17ss.), mostrando allí sus gracias, descubriéndola sus riquezas y la gloria de su grandeza, porque se cumpla en esta alma lo que él dijo en los Proverbios (8, 3031), diciendo: Deleitábame yo por todos los días jugando delante de él todo el tiempo, jugando en la redondez de las tierras, y mis deleites estar con los hijos de los hombres; es a saber, dándoselos a ellos. |
§ 3.1.24 | Y esto es figurado por aquellas doncellas que fueron escogidas para el rey Asuero (Et. 2, 24; 12, 4), que, aunque las habían sacado de sus tierras y de la casa de sus padres, todavía antes que llegasen al lecho del rey las tenían un año (aunque en el palacio) encerradas, de manera que el medio año se estaban disponiendo con ciertos ungüentos de mirra y otras especias, y el otro medio año con otros ungüentos más subidos; y, después de esto iban al lecho del rey. |
§ 4.1.11 | Pero será la duda: ¿cómo puede sufrir el alma tan fuerte comunicación en la carne, que en efecto no hay sujeto y fuerza en ella para sufrir tanto para no desfallecer? Pues que, de solamente de ver la reina Ester al rey Asuero en su trono con vestiduras reales y resplandeciendo el oro y perlas preciosas temió tanto de verle tan terrible en su aspecto que desfalleció como ella lo confiesa allí (Est. 15, 16), diciendo, que por el temor que le hizo su gran gloria, porque le pareció como un ángel y su rostro lleno de gracias, desfalleció; porque la gloria oprime al que la mira, cuando no glorifica. |
Juan de la Cruz (1542-1591) Llama de Amor Viva B |
|
§ 0 | Mas ¿cómo se puede decir que la hiere, pues en el alma no hay ya cosa por herir, estando ya el alma toda cauterizada con el fuego de amor? Es cosa maravillosa que, como el amor nunca está ocioso, sino en continuo movimiento, como la llama, está echando siempre llamaradas acá y allá; y el amor, cuyo oficio es herir para enamorar y deleitar, como en la tal alma está en viva llama, estále arrojando sus heridas como llamaradas ternísimas de delicado amor, ejercitando jocunda y festivalmente las artes y juegos del amor, como en el palacio de sus bodas, como Asuero con la esposa Ester (Est. 2, 17 ss.), mostrando allí sus gracias, descubriéndola sus riquezas y la gloria de su grandeza, porque se cumpla en esta alma lo que él dijo en los Proverbios (8, 3031), diciendo: Deleitábame yo por todos los días, jugando delante de él todo el tiempo, jugando en la redondez de las tierras, y mis deleites estar con los hijos de los hombres, es a saber, dándoselos a ellos. |
§ 0 | Y esto es figurado por aquellas doncellas que fueron escogidas para el rey Asuero (Est. 2, 24; 8, 4), que, aunque las habían ya sacado de sus tierras y de la casa de sus padres, todavía antes que llegasen al lecho del rey, las tenían un año (aunque en el palacio) encerradas, de manera que el medio año se estaban disponiendo con ciertos ungüentos de mirra y otras especies. |
§ 0 | Pero será la duda: ¿cómo puede sufrir el alma tan fuerte comunicación en la flaqueza de la carne, que, en efecto, no hay sujeto y fuerza en ella para sufrir tanto sin desfallecer? Pues que, solamente de ver la reina Ester al rey Asuero en su trono con vestiduras reales y resplandeciendo en oro y piedras preciosas, temió tanto de verle tan terrible en su aspecto que desfalleció, como ella lo confiesa allí (Est. 15, 16), diciendo, que por el temor que le hizo su grande gloria, porque le pareció como un ángel y su rostro lleno de gracias, desfalleció; porque la gloria oprime al que la mira, cuando no glorifica (Prov. 25, 27). |
Juan de la Cruz (1542-1591) Noche Oscura |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Otras del mismo a lo divino |
|
Juan de la Cruz (1542-1591) Que va por super flumina |
|
Cooperatorum Veritatis Societas
© 2006 Cooperatorum Veritatis Societas quoad hanc editionem iura omnia asservantur.